Voy a coger tu recuerdo y revelarlo en blanco y negro,
voy a congelar como pienso que sigue siendo esa sonrisa
y voy a trenzar los viejos sueños como ramitas de enebro.
¿Y por qué me obsesiona el eco de tus antiguas palabras?
Tal vez te deseo,te maldigo y te odio,tal vez sea nostalgia.
Te has ido por una puerta cuando moría triste el verano
y encontraste una casa de madera y teñido metal
donde dormir caliente y alguien que te tendiese una mano.
Mi hogar es ahora un cubículo de las sombras ninfómanas
que acarician y muerden bailando en mi piel palmo a palmo,
y lo más curioso es que he aprendido a que dé placer.
Tus fotos,instantes que aún me quedan de ti,
ojos soñadores que solo eran para mi.
Si la luna está ya llena no miro su luminosa cara
porque la luna ahora eres tú tan hermosa y tan feliz,
y no es que una fúnebre pasión que alumbra con luz fatua
sea quién asuste y me haga rehuir de ese pálido resplandor
sino es un amor a lo que eras tan claro como el agua.
Gusto de recordarte como una foto sobre un tocador.
Me revelaré yo tras una labor tan larga y tan ardua,
realizada tras pasar toda una vida por tantos contrastes,
no,mi cabeza no se agazapa humillada como antes,
mis viejos defectos son mordidos por rabiosas virtudes
y mis palabras se exhiben viciosas en ferias ambulantes.
Mis palabras son soberbia y huyen de mi garganta,
aman si es que aman,si aman,es al brusco aire.
Yo,soy insignificante poeta de la perdición,
pero los obtusos hombres nunca serán mejor que yo.
