Los corazones laten con la violencia de un huracán,
los rayos eclosionan dentro cada pequeña neurona
cuando me veo envuelto en el suave halo de tu belleza,
no eres tú,es mi cerebro dando impulsos eléctricos.
No eres tú,es el imperante clamor de la naturaleza.
Voraz apetito de sensaciones que domina mi carne,
poseído por mi diablo,este déficit de atención
que hace que rápida se bombee toda mi maldita sangre.
Pero¿Qué corazón no está envuelto en tanta violencia?
Pasiones frustradas,rabia y amor desafían la paciencia.
Aférrate más a tu fé en una vida cuadriculada
que cuanto más resistes más golpea el colérico dragón
con sus largas garras la jaula de tus delicadas costillas,
es un demonio,el orgasmo de un infame Abadón
que nunca ha sido ni llegará a ser un estrecho de miras.
Los poemas son locura y violencia con lujuria escrita,
cosas que se niegan a perderse en un eterno olvido
en este gran océano de sentimientos de tantas personas
que se complacen con ese fetichismo de querer ser normal
¿De qué sirve condenar lo que hace al humano especial?
¿Por qué quieres envejecer y jugar a ser un moribundo?
Perderte el susurro del viento en las hojas de tu vida,
ser una inerte piedra que jamás verá el amplio mundo
y negar el pulso de tu alma como un vivo cadáver
que por mucho que decore la sencillez no vive el segundo.
Hay violencia,una violencia que bulle en tu interior.
Un lobo que anhela transformar todo el deseo en el acto.
