domingo, 29 de julio de 2012

Escribir de ti


Ir a tu aire,al principio se tiembla de miedo por las miradas que se puedan posar en ti.Te dará igual,te levantarás¿Qué hay de malo en sentir lo que sientes?Si has hecho algo grave¿Es algo malo mostrar tu arrepentimiento?Luego tiemblas de rabia,por la indiferencia de los demás que hiere tu soberbia porque has escrito algo para ser leído.
Luego en tu rostro se graba la mirada del naufrago que ha echado al mar una botella con un mensaje dentro no esperando nunca ser rescatado y que se alegrará el doble cuando recibe la sorpresa en el horizonte de que alguien a ha reparado en él y vendrá a buscarlo.
Buscas desesperadamente la originalidad como un sediento busca agua,porque sabes que todo lo tuyo lo debes a un legado más grande que tu ser.Haces el amor a musas,pierden luego su tacto,su toque especial que te inspira y desaparecen de tu vida siendo sustituidas por otras y esperas el día en el que una se quede para siempre.Te distraes en la ensoñación,corres el riesgo de dedicarte a algo que te matará de hambre.
Vas a tu aire,a veces te destrozas con todo tu pensamiento por golpes de la vida,pero de tu vacío te reconstruyes con esa voluntad y fuerza que ni siquiera conoces del todo de ti,pero que mueve tus músculos y no te lleva a la soga de tu suicidio.
Te acecha constantemente el monstruo del orgullo y la desfachatez,un monstruo poderoso que te da fuerzas para crear pero te amenaza con la comodidad y el implantarte prejuicios.Escribir de ti empieza a matar la vergüenza y te expone,pero deseas la gloria como los osos la miel.En el fondo guardamos ese sueño,esa pequeña aspiración,que tratamos retener con la virtuosa humildad pero anhelamos con todo nuestro ser construir más alto,no tanto para demostrar a los demás sino para demostrarnos a nosotros mismos.Es increíble el vincular a otro ser humano contigo a través de tus palabras.
Al fin y al cabo¿Qué importa el riesgo de mostrar un trozo de tu alma si con ello consigues superarte?

Mente separada del cuerpo


Frenan la caída de la autoestima
sueños inducidos con sabrosa ketamina
que arremolinan las brumas de las penas
y riegan el alma con sonora alegría.
Arrancan al recuerdo turbia tiranía
y retiran la mortaja de melancolía
con un océano de alucinaciones
que anegan a través de una jeringuilla.
Me sobrecoge la dosis de su olvido,
se olvida todo yo en una negrura
que parece preceder a la eterna paz,
tan difícil es hacer eso sin su ayuda
y sin el abrazo relajante de su piedad.
La muerte ronda a bajos latidos
y cerca del respirar pesado y suspiros,
mirando atenta entre frascos de cristal,
sonriendo ante los sentimientos tan ambiguos
de agobio a lo oscuro y júbilo
de no sufrir dolor y memoria nunca más.
Sus labios rozan los suyos suaves cual aire
que pasea lentamente lascivo y templado
y la visión que se apaga perezosa
lleva a un largo sueño de caleidoscopio
cuya imagen borrará la luz tempestuosa
de una mañana en un despertar sobrio.
De momento yace preso y maniatado
por las invisibles correas a cada lado
que clavan el cuerpo a la férrea camilla,
obedeciendo sin dudar al químico amo.
Mientras tanto al ritmo de las pulsaciones
bisturís faenan entre nimias conversaciones
y manos sin pasión profanan las entrañas
en una morbosa falta de sensaciones.

sábado, 28 de julio de 2012

Belleza Decrépita


El limo cubre su cuerpo egoísta
ya que su vientre ha limpiado el suelo
y su dignidad absorbió la suciedad.
Con ansia se agarra a su vida
sin importarle pisar tantos cráneos
y devorar la carne de cadáveres.
¡Oh belleza de un superviviente!
Y que lucha con lo poco que él puede
y que es un canto a la mediocridad.
Las almas son zarzas retorcidas
que constriñen los muros de los jardines
y con los años se curvan en violencia,
y paseamos felices en el tiempo
cada vez desarrollando un mal gusto
por descansar tristes en sombríos parques.
Pero la belleza mora lo siniestro
entre sus pinos y verdes lagunas,
entre sus decrépitas viejas estatuas,
al fondo las luces eléctricas
de una ciudad que es tan diferente
pues el tiempo en el parque es más lento.
El espíritu comulga con cuervos
y con la penumbra entre los cipreses,
nuestros principios con las densas tinieblas
retorciéndose con sumo capricho.