sábado, 28 de julio de 2012

Belleza Decrépita


El limo cubre su cuerpo egoísta
ya que su vientre ha limpiado el suelo
y su dignidad absorbió la suciedad.
Con ansia se agarra a su vida
sin importarle pisar tantos cráneos
y devorar la carne de cadáveres.
¡Oh belleza de un superviviente!
Y que lucha con lo poco que él puede
y que es un canto a la mediocridad.
Las almas son zarzas retorcidas
que constriñen los muros de los jardines
y con los años se curvan en violencia,
y paseamos felices en el tiempo
cada vez desarrollando un mal gusto
por descansar tristes en sombríos parques.
Pero la belleza mora lo siniestro
entre sus pinos y verdes lagunas,
entre sus decrépitas viejas estatuas,
al fondo las luces eléctricas
de una ciudad que es tan diferente
pues el tiempo en el parque es más lento.
El espíritu comulga con cuervos
y con la penumbra entre los cipreses,
nuestros principios con las densas tinieblas
retorciéndose con sumo capricho.

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