miércoles, 24 de octubre de 2012

El hombre Faraday


No miran las miradas,
muertos cuentos de hadas
los cuentan sus dos cuencas
perdidas un segundo,
no le salen las cuentas
de las horas ya muertas
por vivir otro mundo.
Las botellas vacías
de vino,alegrías...
Para gargantas con sed
que pueblan esta fiesta
¡Afable embriaguez!
Que no vive en él
porque es una bestia.
No siente empatía,
existencia impía
 sin una conexión
con las pasantes vidas
que no tienen calor.
Tendencias homicidas,
un caballo sin bridas
y mucho descontrol,
definen ese ente
tan metafóricamente
rozando la verdad,
verdad del corazón
que lejos del amor
jamás hallará paz.

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