lunes, 21 de marzo de 2011

Entrando en el barrio gótico


La ciudad parece un animal que me traga,
se ensanchan todas las avenidas
y me tragan el alma.
Las cristaleras cortan mí vista como las dagas
cuando brilla el sol y aclaradas,
al mirar,en la cara.

Los pináculos de la catedral ensartan almas
con ese gótico de arenisca
en las tardes más largas.
Esos colores son dulces de proclamas doradas,
bajo ellos la pareja romántica
que busca horas robadas.

Sus faroles nocturnos me hacen una llamada
a que pueble sus calles de recuerdos
de ardor de tu llama
Cada portal diferente abre una entrada
para nuestros momentos de muerdos
y manos agarradas.

Y nos movemos entre pardas piedras milenarias
viviendo juntos nuestras fantasías
de épocas pasadas.
Tú me alejas en brazos de las vidas ordinarias
y nos calentamos en las calles frías
con besos y palabras.

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