lunes, 19 de septiembre de 2011

La vida de una estrella


He brillado como una estrella blanca
y he brillado como una estrella mortecina,
he alabado y pervertido a una santa
y he bailado toda una noche con la concubina.

Los retozos y luces del amor,
a cada palabra mía le he puesto mí firma
y tras sentirme otra vez como chiquillo
he sido convertido en el amargo viejo
tras haber perdido en amor mí brillo.

Y al embaucar siento el poder de un agujero negro,
que atraigo con inusitada furia
¡Un decepcionante y previsible mundo!
Que doblega mí propia lujuria
a la que no para ningún no rotundo.

Y tras brillar en una flagrante explosión
sin esperar ninguna clase de anhelado futuro
he vivido cada momento mío con pasión
y una vez más me dirijo por el camino oscuro.

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