miércoles, 29 de febrero de 2012

En mí habitación


A solas comprendo que la neutralidad
puede ser más oscura que la negrura.
Y que la libertad no da la felicidad,
y que la fraternidad es una prostituta
y que los años forjan un monstruo,
un monstruo hecho sobre orgullo
y con el torso musculado en la indiferencia.
En mí propio aislamiento busco respirar
el aire de la calle,el aliento de los humanos
y descubro que no lo deseo en absoluto.
Mí alma es salvaje y raya lo impoluto,
siento que me asfixiaré con ese aire.
Y que no quiero su falso mundo,
y que todo lo que son es muy poco.
¿Cómo pueden ser felices así?
Mí blanca neutralidad de cansancio,
hoy no al calor no deseo ya el sol.
Quién arde tras palabras soy yo,
conmigo el ambiente no es empático
y no puedo evitar desear tú mujer
que comulgues con mí locura.
Pero hoy me siento como un frío ser inerte,
envidiando a aquellos que si capitulan
pero cada parte de mí desea ser diferente.
¡Quiero ser yo el diferente!
Locura viva en mí mente.
¡Diferente!¡Diferente!Diferente a cada ojo!
Y hoy,hoy no quiero sentir vuestros pasos,
no quiero vuestros semáforos en rojo,
vuestras limitaciones y el tic tac de relojes
¡Vuestro agobio de vidas!
!Vuestras brutales prisas!
Prefiero que mis ideas tengan asepsia,
asepsia de vuestra abundante charla
comprada en una tienda de chinos,
barata y rápida de digerir,
usada por no pensar.

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